jueves, 6 de enero de 2011

Ensayo sobre la novela Mulato

"Mulato o la virtud de romper los esquemas"

Por Amir Valle
Cultura Más


La trayectoria ficcionada de la noveleta Mulato, del narrador, poeta y ensayista cubano Luis Rafael es larga y ontológica y no se parece en nada a mucha de la cáscara que se escribe y publica en Cuba (y fuera de Cuba por autores cubanos) bajo el rótulo de “literatura infantil”. Tiene más de aquellas obras esenciales de nuestras letras para niños que escribieran Onelio Jorge Cardoso, Dora Alonso, Julia Calzadilla o Nersys Felipe, sólo por citar a algunos de los más conocidos: hay en cada una de sus páginas el sello de la trascendencia.

El primer detalle que da fe de que se trata de un buen libro está al inicio mismo: un prólogo de la narradora cubana Aida Bahr. Quienes la conocen saben que no es una intelectual que regala elogios (muchos temen, incluso, sus juicios usualmente muy severos pero casi siempre justos) y, sin embargo, en ese prólogo la narradora santiaguera habla de calidad de la escritura, interés despertado por el argumento, y define como el más grande valor del libro su interesante y equilibrado buceo en una parte de nuestra historia: las guerras de independencia contra el dominio colonial de España a fines del siglo XIX.

Hay todos esos valores en esta obra, sin dudas, pero no fue ello lo que me llamó la atención cuando leí las 108 páginas de este libro (que son muchas menos debido al pequeño formato ya usual en las ediciones de Gente Nueva). Aquí me detengo. La referencia exacta al número de páginas se debe a una especial circunstancia: abunda el criterio, dentro del género, de la necesidad del discurso breve a la hora de elaborar la narrativa para niños. Eso ha provocado una real epidemia de obras cojas (no me gusta aquí el término de menores, ya que bien se sabe incluso de estas obras se alimenta la literatura de un país y algunos libros de este género en Cuba ni siquiera merecen esa clasificación de “menores”), debido a argumentos truncos, a personajes que no desarrollan en lo más mínimo sus historias y sus sicologías, y a una simplicidad del discurso narrativo que suele presentarse en las notas de edición como “limpieza de la prosa” cuando es simplemente pobreza de lenguaje.

El primer valor, entonces, de Mulato es ese: logra en brevísimas páginas conformar una historia sólida, un personaje inolvidable, todo ello mediante una prosa excelentemente distribuida entre lo florido (cuando es necesario “pintar” el ambiente e, incluso, poetizar la trama) y lo directo (allí donde es necesario dar al nivel accional del argumento un peso destacado: véase el capítulo “La batalla”, por ejemplo), matizados ambos por una serie de ondulaciones, retraimientos y expansiones del lenguaje en dos ámbitos que resultan muy necesarios para la configuración de la atmósfera y los escenarios ficcionados: la descripción de los escenarios naturales donde ocurre la historia y la narración episódica del crecimiento ético y físico de Mulato. Llama también la atención el muy justo empleo del diálogo, en todos los casos con las expresiones necesarias para enriquecer el desarrollo de los personajes y dar movimiento a las anécdotas contadas.

Antes que Mulato, dos obras dieron pasos esenciales dentro del terreno de la historia como eje de una narración infantil en Cuba: Antonio, el pequeño mambí, de Luis Cabrera Delgado (Gente Nueva, 1985) y El oro de la edad, de Ariel Ribeaux (Unión, 1999); el primero, por el intento de novelar la infancia del que sería uno de nuestros grandes héroes mambises, el general Antonio Maceo; y el segundo por la exquisita revisitación de la obra esencial para niños de José Martí (la revista La Edad de Oro) en los tiempos actuales y en un escenario marcado por los grandes traumas de la marginalidad social cubana de hoy. Fueron obras diferentes dentro del amplio escenario de las letras cubanas escritas para niños y jóvenes. El segundo valor que encuentro a Mulato anda por esos caminos de la diferenciación: el protagonista de esta historia no sólo transita en crecimiento enriquecedor su propia vida, ambientada en la dura condición de niño que crece en medio del avatar de una guerra terrible y rodeado por verdaderas bestias de la guerra (esas bestias en que se convierte el ser humano en condiciones extremas, que no son todas de un mismo tipo, ni andan en los buenos caminos), sino que nos conduce a un más allá definitorio de un concepto esencial para la formación de nuestra esencia (y la repetición es a propósito) como país: la formación del orgullo de ser “mulato”. Y se trata de una definición similar a aquella que, según la historia, vivieron los primeros cubanos cuando descubrieron que ya no eran españoles y que el único término que los definía correctamente era “criollos”. Las consecuencias para la historia nacional de aquel descubrimiento hoy se conocen: se le debe, sobre todo, ese espíritu de independencia que siempre ha tenido el cubano. Pero la asunción de su carácter de mulato por el protagonista no definirá únicamente su lucha por establecer sus valores y sus sueños dentro del contexto narrado (fenómeno que ciertamente ocurrió en el seno de las tropas independentistas, lo que trasmite más valor a esta obra de Luis Rafael, al abordar un asunto antes no tratado): también esta noveleta, gracias a la conciencia que el protagonista toma respecto a su condición de mulato se adentra en otro de los difíciles recovecos de aquellos tiempos: el protagonismo racial del negro en nuestras guerras de independencia (recuérdese que fue ese protagonismo, y su olvido por parte de las autoridades que pactaron con los ocupantes norteamericanos, uno de los eslabones principales para el estallido del más bochornoso suceso racial de la historia cubana hasta hoy: la Guerrita de 1912, acción de limpieza racial mediante el exterminio de negros rebeldes, como aseguran muchos historiadores).

Pero el mayor valor de este libro demuestra que cuando se quiere lograr la excelencia hay que romper los esquemas y Luis Rafael se lanza contra dos de los más sólidos esquemas de la educación y de la literatura infantil cubanas de los últimos cincuenta años: por un lado, la simplificación y marmorización de la historia que han propuesto y establecido todos los programas de educación en la isla, y por el otro lado, la concepción de que el horror, la muerte y las bajas pasiones humanas no deben ser tema para la literatura infantil.

Mulato es una noveleta dramáticamente compleja en todos sus sentidos. En ella la guerra se presenta con toda su crudeza, con sus muertes (nótese que el mismo niño comienza la novela perdiendo a sus padres en la inundación por un huracán), con la sangre y la perversión humana que habita siempre cualquier contienda bélica, con la multiplicidad de intereses enfrentados en ese escenario, con los privilegios ganados mediante el engaño, con el robo, la extorsión y el abuso de poder que ensucia los verdaderos valores de la lucha por la libertad, con la fauna humana múltiple con la que se lleva adelante una guerra (que no está compuesta sólo de héroes, sino también de cobardes, de traidores, de miserables que se agarran de unos supuestos ideales en los que no creen porque eso les da poder, dinero y posición social), y por supuesto, con todas las luces humanas que también destellan en esos ámbitos. Todo lo anterior, todos esos defectos, todas esas bajezas humanas, todas esas miserias existenciales las vive el protagonista dentro de las filas independentistas mambisas, es decir, en el lado de los “buenos”. Esa visión nunca antes había estado en una obra literaria cubana dirigida a los niños, y me atrevo a decir que, incluso, tampoco abunda en las escasas novelas sobre aquellas guerras escritas por cubanos, quizás debido a cierta idealización que existe en el imaginario popular sobre nuestros “heroicos mambises”.

No vemos en Mulato esa historia de héroes de mármol, esa historia donde nuestros caudillos independentistas ni siquiera discutían entre ellos, esa historia sólo llena de luces que los cubanos hemos recibido durante décadas como la única versión, propiciando que luego nos sintamos engañados cuando descubramos, en la obra de historiadores serios, profundos, los verdaderos matices de nuestra historia nacional, convulsa y compleja como es realmente toda historia.

Pero también en esta noveleta para niños está la muerte, el dolor, el engaño, la traición, en fin, la vida real que debió latir junto a aquellos cubanos que se lanzaron a la manigua en contra del coloniaje español, con las mismas luces y sombras, con los mismos matices de complejidad, crudeza y dureza con la que la vida nos ataca día a día. Es un libro crudo que no esconde, como aconsejan algunos teóricos, nada a ese lector que, dicen, no debería recibir a edad tan temprana una información tan dura y funesta. Leyendo a Luis Rafael y a su Mulato recordé una frase de mi abuelo español, una frase que él me contaba se la decía mucho su abuela: “la miseria obliga a soñar”. Y debe ser así, porque en medio de esa átmosfera cargada de problemas humanos tan profundos, el sueño y la esperanza del protagonista (y de todos los que cohabitan con él dentro del espacio del bien) es un hálito que flota sobre cada una de las páginas. El lector, sea cual sea su edad, saldrá de esta lectura con un verdadero conocimiento de cómo fue aquella época, muy al interior de nuestras tropas libertadoras, y pese a todo lo vivido por el protagonista, saldrá con ese olor a confianza en el ser humano, en el ser cubano (“no permitimos que nuestra bandera sumara una estrella más en la bandera de la unión del Norte”) y en el valor de la memoria (“Tú mismo, que leerás mi narración desde el futuro, en tu tiempo participarás de la Historia. Y puede que hasta te atrevas, como yo, a contar algún episodio interesante, cuando pasen los años y no puedas resistir el revoloteo de los recuerdos dentro de la cabeza).

Mulato, en fin, con una buena escritura y un ritmo in crescendo que deja deseos de saber sobre el futuro del protagonista, abre una puerta íntima hacia una mejor comprensión de una parte de nuestra historia patria y hacia la clarificación de algunos caminos históricos que propiciaron que los cubanos hoy seamos como somos. Eso es trascendente.



Revista de información cultural Cultura Más, enero 3, 2011. Url: http://www.culturamas.es/blog/2011/01/03/mulato-o-la-virtud-de-romper-los-esquemas

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Reseña de Virgilio López Lemus sobre el poema-libro Colómbico

“Luis Rafael inventa a Cristóbal Colón”
(reseña de Colómbico)

Por Virgilio López Lemus


Si imitáramos un partido de fútbol, de inmediato todos ahora mismo gritaríamos: Liiiiiiiiibroooooooo, porque a eso equivale Colómbico, de Luis Rafael, a un buen gol en materia libresca, a un extraordinario poema, diz que novelado, que quizás implante un récord de longitud entre los poemas cubanos, arrebatándole el lauro al ínclito Samuel Feijóo de Faz. Todo un logro este raro texto de nuestro amigo.

Todo un logro por diversas razones. Luis Rafael no se suma al realismo imaginativo que ha hecho de Colón una personalidad histórica a la que le sirve cualquier sayo, sino que deriva de él, y de su saga, lo más poético de su vida y laboreo epopéyicos. Luis Rafael logró de entrada hallar en las arduas biografías del Descubridor lo que de poético tiene una vida célebre. No hay vida sin poesía. La poesía es inherente al estadio de la especie humana transitando sobre el planeta, y la acompañará de modos diversos en su epopeya cósmica. Llegará a haber poesía en Marte, fuera del sistema solar y en el espacio interestelar, por dondequiera que surque una nave terrícola. Cristóbal Colón le ensanchó a la cultura occidental el marco de referencias de su vasta y rica creación poética, heredera de Babilonia y Egipto, de Grecia y Roma. Proponiéndose otras cosas, económicas por cierto, el Descubridor halló que de esta parte del mundo había también poesía viva, entre el “buen salvaje” que habitaba las islas maravillosas y, sobre todo, entre los civilizados inca, maya y azteca, que ya la tenían incluso como tal, como expresión del alma humana, del individuo y de colectividades.

Colómbico nos trae el aura casi de monólogo, a veces exteriorizado y a veces interior, de una de las personalidades decisivas de los últimos siglos en la historia de la humanidad. Luis Rafael lo hace de manera múltiple: narrando, con cuentos que incluyen ricas anécdotas, pasajes biográficos ciertos y atribuidos; además, le atribuye imaginativamente a Colón frases extraordinarias, inteligentes, poéticas; contextualiza y extrapola en el tiempo, para lo que usa paradojas y anacronismos muy poéticos; goza con la intertextualidad, como aquella puramente literaria más que anacrónica de citar fragmentos de obras de poetas diversos sin comillas o evocar obras literarias famosas, que ofrecen una simpática chispa de humor.

Cuando uno va alcanzando la mitad del libro, o sobrepasándola, siente una fatiga inevitable, la de la larga carrera versal mayoritariamente de arte menor, fatiga que es la del corredor de fondo, que entraña grados diversos de placer. Colómbico no es una lectura de una sentada, no pueden serlo 165 páginas a dos columnas. Tiene momentos más altos y otros estancados, lo cual puede decirse incluso del Quijote, pero hay instantes brillantes que uno agradece, siempre en el plano del intelecto, porque este es un poema para la intelección, no está construido con materiales emotivo-sensoriales, sino con pensamiento firme, planificación evidente de la obra que, sin embargo, fluye con espontaneidad. Los juegos constantes de palabras, conceptos, ideas y anécdotas son los impulsores principales de la lectura, más que la trama misma. Uno se acostumbra a buscar la sorpresa lexical, y ese es uno de los méritos fundamentales de Colómbico.

Luis Rafael se sitúa en el panorama de la lírica cubana de hoy, con un texto insólito, novedoso, singular. Ya es buen récord el suyo. Pidió como acompañantes unos dibujos del magistral José Luis Fariñas, poeta en líneas y palabras, quien también ilustra de manera muy complicada la fina cubierta. Tuvo, para suerte de estrellato, una editora brillante, como lo es Mayra Hernández, y un formato muy bien avenido con el texto.

Si algo sé de poesía, y creo saber “un tantico así”, estamos ante un libro notable que no podrá ser ninguneado en el futuro recuento de la literatura cubana. El antiarte de ningunear, tan común entre cubanos, no puede mucho contra las obras bien hechas, y Luis Rafael ha hecho bien la suya. Vengan los detractores de ocasión, los limpiabotas del arte, profanadores de versos, momias del criterio o zoilos del disparate; vengan a decir, por lo bajo, que este poema es muy largo o que aquí peca y allá empaca. Todo ello lo resistirá este libro, incluso sus propios posibles defectos. El arte de la palabra es resistente cuando el autor, talento por medio, se prepara con hondura, pasión y alegría creativas.

Así pues, el entusiasmo saluda a este poema, a esta novela o poema novelado. Yo me apresuro a poner con los más, con los césares críticos, mi dedo pulgar hacia arriba.




(Hotel Inglaterra, La Habana, 9 de julio de 2003; palabras de presentación del libro.)

Reseña de Enrique Pérez Díaz sobre El detective Perrín

“Detective a la fuerza”
(reseña)

Por Enrique Pérez Díaz.
Cubaliteraria, 2004

La Editorial Gente Nueva, en su colección de libros pequeños, acaba de publicar el volumen El detective Perrín acude al llamado, del joven autor Luis Rafael, quien con audacia y humor explora en los a veces inciertos caminos de la literatura policial para las primeras edades. De los ocho cuentos –El trágico suceso, El pastel de guayabas, Cumpleaños de Cotico, El robo de la correspondencia, El extraño caso, El misterioso robo, El fantasma y El Detective Perrín acude al llamado, que titula el volumen ilustrado por Rosa Salgado y con edición de Norma Padilla– varios de ellos habían sido publicados hace unos años por la editorial Capitán San Luis en su colección Minimisterios y ya habían tenido gran aceptación entre la pequeña grey. Perrín –un pequeño perro detective, que unas veces accidentalmente y otras requerido por los atribulados animalitos, llega a la escena del "crimen"– se capta desde el primer momento la atención de los lectores, no sólo por lo ingenuo y casi coloquial de su trazado literario, sino por el modo natural y expedito en que consigue desentrañar las aparentemente complicadas tramas de cada caso, que van desde el casi "trágico" robo de un pastel de cumpleaños, la pérdida de un pequeño cotorrito muy curioso, hasta la aparición de un "terrible fantasma" que aterroriza a la apacible localidad campestre donde se desarrollan estas aventuras. Pese a la sencillez de las historias, el autor consigue una digna caracterización de personajes como el gato, la chiva, Cotico, su primo el cotorrito gordo y el propio detective Perrín, quien, a guisa de un Sherlock Holmes del mundo infantil, eternamente consigue dar un adecuado punto final a simpáticos misterios que parecían insolubles. Luis Rafael sigue una tradición animista iniciada hace unas dos décadas por Julia Calzadilla Núñez con su libro La increíbles andanzas de Chirri, donde ya se contaban las aventuras de un duende, un sinsonte y una hormiga en pos de los misterios más cotidianos como perturbadores de su universo naive. Esperemos que el estímulo de ver esta selección de cuentos de su primer detective profesional, que tanto promete gustar a los pequeños, hagan al autor motivarse y escribir nuevas aventuras de Perrín, en las que explore por misterios más perturbadores, escenarios más peligrosos y quizás al encontrarse con una perrita investigadora como él, hasta consiga adentrarse en el siempre prometedor y misterioso mundo del amor...

Reseña de Néstor Cabrera sobre El detective Perrín

“El detective Perrín, policiaco para niños”
(reseña)

Por Néstor Cabrera
CubaLiteraria, 2004


El género policiaco siempre ha sido uno de los preferidos por el gran público lector. Las historias de enigmas y misterios siempre fueron un gancho mágico para que vista y astucia recorrieran línea tras línea, en busca de la posible solución, por entre una madeja de tramas y pistas falsas tejidas por el autor, búsqueda incentivada por el hechizo de lo desconocido. Esta labor se complejiza más para el escritor, si se quiere llevar a las edades más tempranas. Tal es el caso de El detective Perrín acude al llamado de Luis Rafael, pequeño volumen de ocho historias cortas, donde se narran las aventuras de un personaje bastante singular, un perro astuto que soluciona casos muy raros y curiosos. Estos giran alrededor de otro personaje un poco travieso Cotico, además intervienen Mamá Cotorra, el loro cartero, la Chiva y algunos más.
Perrín tiene una personalidad atractiva y graciosa, siempre en calma. Armado de una lupa y un pirulí, nos remite de una manera muy sutil a un personaje clave de la literatura policíaca: Sherlock Holmes. Algo curioso es lo poco usual de los cuentos policíacos para niños, han aparecido muchas narraciones pero en forma de novelas, donde los rasgos que definen lo policíaco son un aderezo a una historia de aventuras. Tampoco es frecuente una serie de cuentos con un mismo "héroe" y los personajes sean animales. Comúnmente los protagonistas de las historias para niños y jóvenes son ellos mismos que descubren algún misterio, al implicarlos se logra una gran identificación del lector con la trama.
El detective Perrín... no propone un acercamiento directo a los problemas del niño ni un nuevo lenguaje con el que dialogue un lector adulto, pero transmite valores elementales: la amistad, el respeto mutuo, los buenos modales, entre otros; que son imprescindibles en la infancia, aunque está ajeno al didactismo, que aún hoy en los medios pedagógicos se asocian con la buena literatura infantil. En su caso el valor de su narración está en la sencillez, que asoma por entre líneas y le dice a su pequeño lector (al cual va principalmente destinado), existo como disfrute; lo cual hace de este un libro ideal para iniciarse en la lectura, por su lenguaje ameno y poco complejo. Dentro del panorama de la literatura infantil contemporánea cubana, se ha vuelto un título popular, avalado por un gran éxito de venta en todo el país.
A pesar de que estas historias no están enmarcadas, no podemos ubicarlas en un contexto específico donde se desarrolla, hay muchas referencias al ambiente rural cubano, por lo que se vincula a la tradición literaria infantil cubana, donde nombres tan conocidos como Dora Alonso y Onelio Jorge Cardoso, ubicaron una parte importante de su obra en un entorno similar. Algunos autores que se han destacado dentro de esta literatura con corte policiaco han sido: Rodolfo Pérez Valero, Julia Calzadilla, Omar Felipe Mauri Sierra, Enid Vian, Soledad Cruz, Isabel Pijeira, Pedro Oscar Godínez y Olga Rodríguez Colón.
Hay además otros importantes escritores para niños como Enrique Pérez Días, Olga Marta Pérez y Luis Cabrera que estuvieron relacionados con la génesis de este libro. Hace algunos años, por iniciativa de la Editorial Capitán San Luis, promotora de la literatura policial, surge la idea de publicar libros para el público más pequeño, con un formato reducido y que siguiera la línea temática de la editorial. A este proyecto se integran los últimos autores mencionados, al igual que Luis Rafael.
Las aventuras de Perrín aparecieron en un inicio individualmente, luego todas estas historias, se agruparon y son las que conforman este volumen, editado esta vez por la editorial Gente Nueva, con un diseño tanto de cubierta como interior de muy buena calidad. Estas aventuras tuvieron además la suerte de que se hicieran algunos temas musicalizados inspirados en cada uno de sus protagonistas. También se realizaron adaptaciones para la radio.
Un libro que con el tiempo pudiera pedir un segundo volumen de aventuras de estos graciosos personajes, de los cuales hago a todos cómplices.

Bibliografía pasiva

Bibliografía pasiva


Entrevistas
─”No podría vivir en otra lengua”, entrevista a LR realizada por Amir Valle y publicada en Otro Lunes, No. 14, Septiembre de 2010. URL: http://www.otrolunes.com/hemeroteca-ol/numero-14/php/otrolunes-conversa/otrolunes-conversa-n14-a04-p01-2010.php
─”Luis Rafael rescata cuentos y leyendas de las Antillas y el Mar Caribe”, por Israel Téllez (Agencia EFE). URL: http://www.adn.es/internacional/20100929/NWS-0701-Antillas-Caribe-Rafael-Luis-Mar.html
─”Luis Rafael en La Calle de los Libros”. Entrevista realizada a Luis Rafael por Antonio Giménez, director del espacio radiofónico y de la web La Calle de los Libros. Onda Cero. URL: http://lacalledeloslibros.megustaescribir.com/2010/09/27/luis-rafael-en-la-calle-de-los-libros/
─”Luis Rafael y su nuevo libro”. Entrevista en La Hora Extra, de la Cadena Ser, por Ana Borderas, a propósito de la publicación del libro Cuentos y Leyendas del Caribe (Ed. Anaya, 2010). URL: http://www.goear.com/listen/f48d2df/entrevista-a-luis-rafael-por-ana-borderas,-cadena-ser--luis-rafael-
─”Entrevista a Luis Rafael en Paraguay”, por Antonio V. Pecci. Entrevista aparecida en el Correo Semanal (suplemento del diario Última Hora), Asunción, Paraguay, sábado 10 de enero de 2009, p. 10. URL: http://luisrafaelcu.blogspot.com/2009/01/mulato-se-presenta-en-paraguay.html
─”Luis Rafael: Testimonio de una Odisea inconclusa”, entrevista realizada a LR por Boris Leonardo Caro en 2001 para el portal CubaLiteraria. URL: http://www.freewebs.com/asleymarmol/revistaliterariajcara.htm

Selección de artículos, ensayos, reseñas y otras valoraciones sobre su obra
─2011─ “Mulato o la virtud de romper los esquemas” (ensayo), por Amir Valle. Revista de información cultural Cultura Más, enero 3, 2011. Url: http://www.culturamas.es/blog/2011/01/03/mulato-o-la-virtud-de-romper-los-esquemas/
─2010─ “El proyecto poético de Babel” (ensayo), por Lina de Feria. Fuente: CUBARTE, 11 de Enero 2010. URL: http://www.cubarte.cult.cu/paginas/actualidad/opinion.detalle.php?id=9357&tabla=entrevista y http://luisrafaelcu.blogspot.com/2010/01/ensayo-de-lina-de-feria-sobre-babel.html
─2010─ “Cuentos y leyendas del Caribe” (reseña), por Carmen Fernández Etreros. FUENTE: CULTURAMAS, 26 de junio de 2010. URL: http://www.culturamas.es/blog/2010/06/26/cuentos-y-leyendas-del-caribe/
─2010─ “Historias de piratas para jóvenes lectores” (reseña), por Biblioteca Virtual Cervantes, 16 de junio de 2010. URL: http://blog.cervantesvirtual.com/historias-de-piratas-para-jovenes-lectores/
-─2009─ “Lis desea, nueva novela de Luis Rafael” (reseña), por Asley Mármol, revista Otro Lunes, No. 8, año III, junio de 2009. URL: http://www.otrolunes.com/hemeroteca-ol/numero-08/html/de-lunes-a-lunes/de-lunes-a-lunes-n08-a05-p01-2009.html
─2008─ “Cartas al hijo de Luis Rafael” (reseña), por Paul-Henri Giraud, 16 de abril de 2008. URL: http://luisrafaelcu.blogspot.com/2008/05/resea-aparecida-en-la-web-del-sminaire.html
─2008─”Cartas al Hijo• (reseña), por Luis Sepúlveda. URL: http://luisrafaelcu.blogspot.com/2008/06/luis-seplveda-sobre-cartas-al-hijo.html
─2008”Lectura para ti: Mulato” (reseña), por María Ezquerro, periódico Tribuna de La Habana, Mayo 3, 2008. Url: http://www.tribuna.co.cu/etiquetas/lectura/mulato.html
─2007─”El dueño de los caballitos” (reseña), por Luis Manuel García, revista Encuentro, No. 45─46, verano/otoño de 2007.
─2005─ “El fulgor de Eliseo Diego” (reseña), por Waldo González López. Revista Alma Mater,8/03/2005.URL:http://www.almamater.cu/sitio%20nuevo/sitio%20viejo/webalmamater/libro/paginas/eliseo.htm
─2005─ “Eliseo: la luz entrañable” (reseña), por Francisco García González. Periódico El Habanero, 11.05.2005. URL: http://www.elhabanero.cubaweb.cu/2005/mayo/nro1276_05may/cult_05may672.html
─2004─ “El detective Perrín, policiaco para niños” (reseña), por Néstor Cabrera. CubaLiteraria.
─2004─ “Detective a la fuerza” (reseña), por Enrique Pérez Díaz. Cubaliteraria.
─2003─”La piedra de toque” (reseña sobre Los Hijos de Adán), por Waldo González. Periódico El Habanero, Cultura, fecha: 03.04.2003.
─2003─ “Luis Rafael inventa a Cristóbal Colón” (reseña de Colómbico), por Virgilio López Lemus. Hotel Inglaterra, La Habana, 9 de julio de 2003; palabras de presentación del libro.
─1998─”En la Casa del Hombre, de Luis Rafael” (reseña), por Lina de Feria, revista literaria Jácara, Año III, 1998, Número 7, pp. 84─86.

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